El fin de la jornada
Día 21
Una vez escuche la historia de un hijo y su padre que cargaban agua del pozo a su casa. Una de las canastas tenia un agujero que nunca se podía tapar. El padre se frustraba porque siempre llegaba con menos agua a su casa de lo que deseaba. Un día el padre frustrado por el agujero que nunca se podía tapar, arrojo la canasta al bosque y decidió llevar un sola canasta a su casa. Cuando llego a casa, su hijo le pregunto: “papa donde esta la otra canasta?” el padre respondió: “la deje en el bosque porque nunca la puedo arreglar.” El niño inocentemente dijo: “papa, yo pensaba que te agradaba el agujero de la canasta pues toda el agua derramada ha mojado la tierra y ha permitido que la tierra sea fértil para todas las rosas en el camino.” El padre sale a la puerta y observa que el lado que siempre recorría con la constata rota estaba lleno de rosas de todos colores. Tanto era su afán de llegar a casa con mucha agua, que nunca noto lo mucho que esa grieta en la canasta hizo en el camino.
Ahora que llegamos al final del ayuno, te invito a salir a la puerta de tu corazón y ver lo mucho que Dios hizo en ti. Aunque tienes agujeros y grietas en ciertas áreas de tu vida, Dios ha usado lo roto de tu vida y ha hecho algo precioso, de seguro no ha terminado! No te enfoques tanto en lo que querías ver al final de estos 21 días, sino en lo mucho que ya Dios ha hecho. Tal vez pensante que no podías pasar un día o siete sin esa cosa que le entregaste a Dios en el ayuno, pero…. ¡Mira lo que hizo Dios! Tal vez pensaste que no lo ibas a lograr pero lo lograste…. ¡Mira lo que hizo Dios! No te enfoques tanto en llegar, que pierdes lo precioso que Dios hizo en el camino.
Nuestra naturaleza nos dice, mira hacia el final y regocíjate cuando llegues a la cima de la montaña. Pero hoy te digo, mira lo que Dios hizo mientras estabas camino a la montaña. Observa y mediata que Dios es el Dios de la jornada, no solo del final de ella. Esfuérzate, se valiente y reconoce que el te fortaleció y eres mas valiente de lo que pensabas.
No te impacientes porque no llegaste como quieras al final o tal vez no has visto lo que quieres ver, confía en que hay un Dios que camina contigo y aun con los huecos feos de tu vida, el hace un jardín de rosas.
Contigo,
Kerlin