Cuidando Nuestro Aceite
Día 10
Cuando seguimos a Cristo nos esforzarnos día tras día para acercarnos más y más a él, deseamos mantenernos llenos de él y así poder imitarlo lo más que podamos. Imitar su amor, su paciencia, su entrega al prójimo entre otras de sus cualidades.
Ese esfuerzo o ese acercamiento tenemos que hacerlo de manera constante. Debemos ser intencionales en mantener nuestra lámpara llena.
En la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13), Jesús nos habla sobre el estar preparados para su regreso. Pero en lo personal, cada vez que puedo meditar en este pasaje, pienso no sólo en lo importante que es mantener nuestras lámparas llenas para su llegada, sino también para enfrentar los momentos difíciles, las pruebas fuertes, aquellas donde puede tambalear nuestra fe. Aún más importantes es estar llenos para dar a otros cuando lo necesiten: amigos, hermanos en la fe, familiares o hasta un extraño. Cuando estamos llenos de él, podemos dar una palabra de aliento y esperanza en el momento preciso. Podemos mostrar un Cristo sanador, redentor e inmutable. Buscar y perseguir esa llenura representa ir a la palabra, la búsqueda constante, nuestra entrega, pureza y obediencia a través de su Espíritu. Esto produce el aceite o el combustible que alimenta nuestra lámpara. Pero es importante ser prudentes en la administración de nuestro aceite. Procurar que no se nos acabe y que no nos falte, es decir entender nuestros límites y tener un balance en nuestras vidas.
Otra razón clave para administrar bien nuestro aceite, es que al estar bien suplido de este, somos más aptos para discernir la voz del Espíritu Santo. La condición de nuestra lámpara nos prepara para la venida de nuestro salvador sí, pero también nos permite ser luz para alumbrar el camino de otras personas en esta jornada que es vivir el Evangelio. Es hermoso poder alumbrar el camino de otros para guiarlos hacia Jesús.
Oración:
Amado padre celestial, en este tiempo de ayuno, oro para que tanto yo como cada hermano pueda ser intencional en la búsqueda constante de ti. Que recordemos diariamente cuán necesario es estar llenos de ti no sólo para estar preparados para tu gran regreso sino también para ser esa luz que guíe a otros hacia ti. En el nombre poderoso de Jesús.
Contigo,
Milagros